miércoles, 1 de diciembre de 2010

LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO


TÍTULO: La libertad guiando al pueblo

AUTOR: Ferdinand Victor Eugène Delacroix 1798 - 1863

ÉPOCA: Primera mitad siglo XIX (1830)

ESTILO: Romanticismo

TÉCNICA Y SOPORTE: Óleo sobre lienzo

LOCALIZACIÓN: Museo Real, 1831 - Museo del Louvre, actualidad

28 de julio de 1830, Peuple de France, à les armes! París se envuelve en humo de pólvora y en sus calles y lugares más emblemáticos resuenan las armas, los cañones y el griterío, la revolución ha comenzado. Las Tres gloriosas jornadas (revolucionarias) de París a finales de 1830 encendieron la mecha en Europa. Las revoluciones de la década de 1830 fueron más graves que las anteriores de 1820, extendiéndose por Bélgica, Italia, Alemania, Austria-Hungría y Polonia demandando libertad política o independencia nacional. En Francia la política ultraconservadora de Carlos X pretendía eliminar la Carta Otorgada y deshacerse de todos los liberales así como del carácter liberal de la sociedad, libertad de prensa, Cámara de los Diputados… El pueblo de París saltó a la calle formando barricadas proclamando a Luis Felipe de Orleans como su rey, y así fue, Carlos X marchó al exilio y el pueblo tuvo a un rey burgués elegido por ellos mismos. Esta es la situación en la que se desarrolla la escena.

Sin embargo, resulta imposible hablar de contexto histórico del cuadro sin relacionarlo con el estilo imperante, ambos de la mano. El Romanticismo surgió en la primera mitad del siglo XIX más que como estilo, como movimiento defensor de los principios revolucionarios que borró el Congreso de Viena de 1814. Sus preceptos son por tanto, Libertad, Igualdad y Fraternidad y su manifiesto el presente cuadro, La Libertad guiando al pueblo; pues como dijo Victor Hugo, el romanticismo es un grito de libertad artística y libertad social. El Romanticismo rechaza cualquier indicio de Clasicismo para dejarse llevar por los sentimientos y emociones, predominando la subjetividad. En su rechazo a los convencionalismos neoclásicos destacamos el predominio del color sobre el dibujo, liberando formas y límites definidos. Por ello, habrá luces vibrantes y composiciones dinámicas en posiciones y gestos convulsos y dramáticos.

Desde el punto de vista del contenido predominan los temas de revoluciones políticas, aquí el caso, y desastres; además de una gran preferencia por el paisaje. Esto no sólo será la expresión del pathos romántico, sino un recurso para desplegar colores luminosos y encuadrar a grupos humanos en un ambiente determinado. Con ello los objetos pierden su aspecto convencional para reflejar los estados de ánimo. Los artistas hallan la expresión y el reflejo de sus arrebatos sentimentales en los fenómenos de la naturaleza. También habrá otros temas como ruinas de iglesias, cementerios, mazmorras…

En el caso del Romanticismo francés destaca como temática los acontecimientos contemporáneos de revoluciones políticas y exotismo oriental. En su pintura se aprecia la influencia de Rubens y de pintores venecianos por la potencia del color, el cual predomina sobre el dibujo junto con las escenas movidas y dramáticas. El pintor más famoso es Eugène Delacroix, de quien podemos destacar “sus tres masacres”: Matanza de Quíos, Muerte de Sardanápalo y la Toma de Constantinopla por los turcos; además de la Libertad guiando al pueblo y Mujeres de Argel. Otro pintor francés destacado es Géricault y su Balsa de la medusa, cuya influencia puede verse en la presente obra.

Este óleo sobre lienzo supone el manifiesto de la pintura romántica, pues como ya se ha comentado en él se refleja una alegoría de la libertad con el torso al descubierto y al frente de una barricada. Porta en su mano derecha la bandera tricolor y en la izquierda un rifle, acompañada por miembros de diferentes clases sociales: un obrero con una espada, un burgués con sombrero de copa y escopeta, un tamborilero adolescente con dos pistolas, etc. Con ello lo que quería mostrar era la activa participación en esas tres gloriosas jornadas y como dijo el mismo Delacroix: “He emprendido un tema moderno, una barricada, y si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella”. Además la vorágine de la batalla se manifiesta en la polvareda que difumina los contornos e impide contemplar con claridad el grupo de figuras que se sitúa tras la libertad, aunque sí pueden distinguirse al fondo las dos torres de Notre Dame de París.

Desde el punto de vista compositivo, la escena se construye a modo de pirámide ascensional en cuyo vértice está la bandera ondeante. Tal composición y la presencia de muertos y moribundos en el primer plano nos lleva a compararla con La balsa de la Medusa de Géricault obra también romanticista y de temática algo similar al recoger un desastre relacionado con ciertas intrigas políticas. Algo también llamativo de la composición es cómo la acción se dirige hacia el espectador mediante escorzos y dirección de los personajes, para transmitirle el mensaje revolucionario y hacerle participe en él.

Pictóricamente destaca el uso del color y manejo de pinceladas sueltas y onduladas para darle acción y dinamismo a la obra. El tratamiento del color y de la luz pues, son fundamentales y potencian el movimiento. Predomina además el color rojo y azul sobre tonos ocres y grises, ya no sólo para ensalzar los colores de la bandera francesa sino dar vivacidad a una escena envuelta en un ambiente muy cargado y hostil. También es digno de mención el juego de luces y sombras con el que envuelve las figuras además del juego de pinceladas para enfocar más o menos la imagen.

sábado, 27 de noviembre de 2010

EL BARROCO FRANCÉS

La época barroca en Francia por excelencia es la segunda mitad del siglo XVII cuando se erigió la ciudad palacial de Versalles. El Barroco en Francia es bastante peculiar puesto que al contrario que en otros países como Italia o España, en Francia estuvo regido principalmente por el poder secular tanto de la monarquía absoluta en su pretensión de centralizar su poder y dar evidencias de su magnificencia y gloria como de la aristocracia y la burguesía. Con ello se puede observar que desempeña la doble función de impresionar y transmitir contenidos ideológicos dirigiéndose al sentimiento de la persona. Este arte al ser secular es cortesano y por eso abundan las obras civiles cuyos edificios típicos son el palacio y las plazas.

Otra característica intrínseca del arte Barroco francés es la constitución de academias. Ahora el aprendiz encuentra sobrados medios para su instrucción, pero por otro lado se ponía fin al predomino de los talleres particulares. Se produce una codificación y reglamentación de las artes cuya consecuencia es que el artista sea más culto; ya no sólo conoce la profesión, sino el fundamento, la estética y la doctrina. Por lo tanto, podemos decir que la nota dominante de todo este arte más que su profusión decorativa es su severo clasicismo. La construcción será más racional, dominando líneas rectas frente al mundo de lo curvo que prevalece en otros países. La Academia, sin embargo, ejerce una dictadura donde el arquitecto no podía transgredir la normativa de los griegos y renacentistas.

En cuanto a los edificios:

- Las iglesias se construyeron muchas pero no de tanta profusión como en otros países, se caracterizan sobre todo por sus cúpulas dando así sensación de verticalismo. Ningún país ha prestado tanta atención al desarrollo de las cúpulas.

- Reyes, nobles y burgueses se construyen palacios constituidos por un cuerpo alargado y dos alas hacia el jardín formando escuadra, los techos con cuerpos prismáticos y de gran altura y se abren buhardillas (invención de Mansart). Palacios destacan principalmente por su horizontalidad.

- El urbanismo tiene un gran desarrollo: amplísimas plazas, impulso de la jardinería, arcos del triunfo y columnas conmemorativas…

PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII

En este período se produjo una gran actividad constructiva, sobre todo en iglesias jesuitas. Sin embargo predomina la severidad porque no se decora su interior.

François Mansart dio los planos para el monasterio de Val-de-Grâce, conjunto horizontal con dos alas y sobresale la cúpula. Jaime Lemercier, arquitecto preferido de Richelieu, ideó el plano de la Iglesia de la Sorbona, levantada sobre un vasto tambor y con una elegante cúpula.

Salomón Brosse erigió el Palacio de Luxemburgo en Paris, en el que María de Médicis quiso igualar a las Tullerías de Catalina de Médicis y pidió a Florencia los planos del Palacio Pitti que sirvieron a este arquitecto para levantar la fachada del jardín usando el almohadillado florentino. El edificio es francés por la profundidad de las alas y el gran énfasis de las techumbres.

Los nobles y burgueses mandan construir en las proximidades de París grandes mansiones de cuerpo alargado y dos alas en escuadra, fachada principal que mira hacia la calle y la trasera al inmenso jardín. Generalmente tienen dos pisos y una techumbre muy inclinada.

Por otro lado en el urbanismo se configura la Plaza Real: conjunto de viviendas sometidas a una traza común, dando la sensación de un solo edificio, en el centro se coloca una estatua del rey tipo ecuestre. Esto sería una manifestación del centralismo y absolutismo

SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVII

Luis XIV hizo impregnar de un carácter más monárquico a las artes, basándose en las academias para fiscalizar toda la actividad artística. Al comienzo de su reinado se preocupó por la ampliación del Louvre, pero su ambición estaba en Versalles. Quería amueblarlo y ampliarlo porque allí quedaba con su amante mademoiselle de La Vallière. Finalmente en 1668 decidió engrandecer el palacio para fijar allí su residencia y a la Corte. Pretendía levantar nuevos edificios para él y sus ministros y unirlos en un mismo conjunto.

Por otro lado, Mansart levantó también la Place de la Vendôme, en la que todas las casas se conjuntan formando una especie de edificio colosal, con la estatua ecuestre de Luis XIV en el centro. La Iglesia de los Inválidos, acabada por Mansart también, se levanta sobre la masa horizontal del edificio originario, de aire civil y de dos pisos. Sobre doble tambor se levanta airosa la cúpula engalanada

EL PALACIO DE VERSALLES

Hacia finales del siglo XVI y sobre todo durante toda la primera mitad del siglo XVII prácticamente Versalles no era más que un bosque en el que se levantó un pequeño e insignificante –comparado con lo que luego se construirá- pabellón de caza. Con el tiempo fue convirtiéndose poco a poco en el núcleo sobre el que se edificaría todo el conjunto arquitectónico y la ciudad que pasaría luego a ser capital de Francia. Este palacio simboliza el poder de la monarquía absoluta de origen divino y consiguientemente su propaganda política.

El arquitecto Leroy fue quien erigió el primitivo Versalles de Luis XIII. Se trataba de una construcción muy modesta de ladrillo, piedra y tejado de pizarra. Tal edificio constituiría el centro “enmascarado” del conjunto actual. Luis XIV en 1668 decidió empezar a amueblarlo y acondicionarlo al gusto y dignidad de un rey elegido por la gracia de Dios, para ello eligió a Luis Levou para la ampliación y a Lebrun el decorador para la Escalera de los Embajadores.

En 1678 se convierte en sede del gobierno, sin embargo Luis XIV aún está insatisfecho y pide una tercera ampliación. Esta vez el arquitecto designado es Luis Hardouin Mansart, quien añade dos alas muy prolongadas que dan al edificio la extensión de 580 metros y terminando el núcleo central.

En el exterior del edificio central hay dos fachadas, una que mira hacia el centro urbano y otra hacia el jardín. La fachada se divide en tres niveles: un basamento a modo de zócalo, el principal caracterizado por la alternancia de columnas pareadas y pilastras que enmarcan grandes ventanas y un ático coronado por una balaustrada y estatuas sobre las pilastras. Tiene una concepción clásica sobria y majestuosa en la que predomina la armonía y la horizontalidad frente a lo curvilíneo del Barroco.

El interior tiene un sinfín de habitaciones, salones, dependencias e incluso edificios anexos, como el caso de la Capilla. La Capilla, con cabecera semicircular, alzado gótico y tres naves, posee una tribuna que se extiende en derredor del templo. Paradójicamente, Luis XIV escuchaba misa desde la tribuna y frente al altar mayor mientras que sus súbditos estaban debajo, mirando hacia él y de espaldas al altar mayor. Posee un cuidadoso estudio de la luz y hermosos frescos.

La decoración interior fue dirigida por Charles Lebrun, cuyo mejor acabado se contempla en la Galería de los espejos. En la Galería de los espejos se asume el máximo refinamiento artístico, flanqueada por el Salón de la paz y el Salón de la guerra se abre una galería con bóveda de cañón dividida en arcos fajones y decorada con pinturas sobre hechos gloriosos del rey. Los grandes ventanales exteriores se corresponden con espejos interiores que reflejan la luz y crean un efecto lumínico en el que la sala se funde con el paisaje exterior. Dichos espejos se enmarcan en pilastras de mármol rojo y basas y capiteles de bronce dorado.

Versalles en conjunto comprende cerca de 800 hectáreas pues no sólo está formado por el Palacio, sino por un inmenso jardín, un gran canal, numerosos palacetes y el Poblado de María Antonieta. Mansart también erigió la Ménagerie (Casa de las fieras), L’Orangerie (invernadero de plantas exóticas) Grands et Petites écuries (caballerizas), Grand Trianon.

En sus jardines se sitúa el adecuado complemento, pues se trata de una obra arquitectónica anexa con avenidas, plazas con estatuas y cascadas, etc. Es a Le Notre, paisajista, a quien se le atribuye esta arquitectura ajardinada llena de simbolismo, iniciándose con una configuración geométrica y acabando con la libre naturaleza explotando también el potencial del agua.

SIGLO XVIII: ROCOCÓ

El siglo XVIII supone el auge de la burguesíay su pretensión de mostrar el gusto y la exquisitez de vivir. Se trata de un arte más doméstico y de interior, con formas graciosas en el mobiliario, colores claros en telas y pinturas, ambientes de ensueño… El exterior sigue con la misma frialdad clasicista, puesto que la decoración sólo se centra en el interior.

Éste es el estilo rococó o rocalla, una decoración fluyente, movida asimétrica y anticlásica. Tiene una fuerte influencia china, dragones, vegetales, estanques… Los mayores exponentes son Meissonier, Oppenard, Germain Boffrand y Robert de Cotte.

Destacan el Hotel Soubisse de París, la Galería dorada del hotel la Vrillière, Hotel Biron de París, entre otros ejemplos. La Plaza de la Concordia de Jacques Gabriel supone un puente entre el rococó y el neoclasicismo. Comunica las Tullerías y los Campos Elíseos y en el centro se situaba una estatua de Luis XV donde hoy está un obelisco. Flanqueándolo, un muro de orden colosal colocado sobre un basamento y coronado por una balaustrada.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿ACABARÁ LA HISTORIA?

Hace unos días supe por casualidad de la existencia de cierto libro, un libro sencillo pero a la vez cargado de contenido crítico y analítico. Ya antes había oído hablar de él, pero no me interesé porque le daba poca importancia. El libro al que me estoy refiriendo es La Historia después del fin de la Historia, de Josep Fontana (Barcelona: Crítica, 1992).

Más o menos, por hacer una aproximación y explicarlo de forma escueta, sabía de antemano lo que encerraba la expresión el “fin de la historia”, publicado por Francis Fukuyama en el verano de 1989 en The National Interest. Os preguntaréis ahora qué tiene que ver este artículo o porqué su importancia y es que si nos fijamos en el año recordamos la caída del muro de Berlín así como el desmembramiento y posterior derrumbe de la URSS y de toda una corriente política basada en un pensamiento filosófico, claro que a esas alturas ya demasiado tergiversado, que hablaba de la Historia como una lucha continua, un debate dialéctico cuyo producto, la síntesis, simbolizaba el cambio, el progreso, el no estancamiento. Sin embargo este concepto, según Fontana hará más referencia a Hegel, quien ya antes había utilizado la dialéctica en su visión histórica, “toda la sangre y el dolor, la pobreza y las guerras son el precio necesario a pagar para lograr la libertad de la humanidad”, pero sobretodo en su obra Filosofía del Derecho cuando contempla el mundo germánico y las instituciones que comprende el estado moderno europeo como el fin de la historia”.

Pese a todo esto, no es éste el camino que quiere seguir el autor pues el punto de partida del libro es no confundir Historia con ciencia histórica. Su objetivo es analizar qué ha pasado después del fin, del fracaso del marxismo doctrinario. Es entonces cuando distingue entre marxismo como la fortma escolástica y marxiano como el pensamiento personal de Marx. A partir de este punto abarca dos aspectos fundamentalmente, el cientifismo y la falta de globalidad.

Sería muy pesado ponerme a hablar ahora del libro y analizarlo, pues ese no es el cometido del presente texto. La cuestión es ahora Historia y ciencia histórica, dos conceptos que hay que diferenciar y explicar uno a uno de manera que quede una línea divisoria bien delimitada y una idea que halle hueco en nuestras mentes sobre la importancia de cada una.

La Historia es todo lo que nos rodea, es un edificio en construcción continua en la que desde los cimientos hasta la última planta están conectadas y no podrían existir una sin la otra. Los hechos del pasado son los que nos han hecho ser lo que somos, los que nos han hecho aprender, lamentablemente no en algunos casos, los que nos han hecho levantarnos y seguir adelante en momentos malos sabiendo que hubo momentos peores de los que se salió. Se desprecia la Historia y es uno de los tesoros más valiosos que se nos otorga al nacer y crecer y aprender con ello formándose sabiendo de los errores del pasado. Historia no es sólo lo que pasó en el 475 d.C., en 1492, en Waterloo o en la Europa de Entreguerras, la Historia está presente en todo acto acaecido en el pasado y en el presente, somos seres históricos. Hans George Gadamer hablaba de “conciencia histórica”, porque somos conscientes de que somos seres históricos, de que formamos parte de la Historia y contribuimos a ella, de que sucedemos aquí en este momento y de tal forma y no de otra. La Historia no tiene fin, no ha habido ni habrá ninguna fuerza capaz de derribarla ni aún cuando acabe el mundo porque hasta ese simple acto será histórico.

Además no se trata solo de historia de la vida humana, pues mucho antes mientras la morfología continental no estaba aún formada y correteaban los dinosaurios por una superficie terrestre que se iba dividiendo o mucho antes cuando la Tierra era solo mar porque eso atañe al presente al porqué de los continentes y su forma, de los accidentes geográficos y, en resumen, al entorno que rodea al ser humano y que le ha hecho progresar de una forma u otra. No se trata de determinismo geográfico pero sí de matización, pues las personas han sabido responder de igual forma ante los impedimentos que el medio les ha impuesto pero siempre en función de lo que allí encontrasen, esto es, el paso a la domesticación de animales y plantas se produjo en diversos lugares con un esquema semejante y en distintas épocas, pero no con las mismas especies.

Junto a todo esto es digno de mención el papel de la Historia en otras disciplinas, se le resta importancia, pero hay Historia de la arquitectura, Historia de la economía, Historia de la medicina o incluso Historia natural. Además es preciso destacar la función social que juega la Historia en las naciones, pues es el fundamento principal de su ser junto con la lengua y otros elementos culturales como las creencias y el folclore. Lo primero que reclama una nación es una historia propia con la que se ha ido caracterizando, y esto es importantísimo y apenas se aprecia, pero fíjense cómo una sociedad u otra se fundamentan en un pasado que quieren hacer ver cercano, como el Franquismo con la España de los Reyes Católicos y sus sucesores los primeros Habsburgo.

Otro aspecto que no debemos olvidar es la “distancia histórica” de la que habla David J. Lowenthal en su libro El pasado es un país extraño, semejante a lo que se ha dicho anteriormente sobre el aprecio al pasado, la cercanía o lejanía que se quiere guardar con unos hechos u otros ya no sólo en los acontecimientos, sino en los edificios y obras literarias, pictóricas o escultóricas, como aquello de la Edad de Oro de las artes en España.

Mis palabras sonarán algo románticas, pero son las de un apasionado, orgulloso de portar a sus espaldas un pasado que le ayuda a elaborar un mañana que se avecina difícil y dudoso, incierto y posiblemente sorprendente, pero que pese a todo portaré como mi mejor herramienta para que mi esfuerzo y el de muchos ayude a construir un mañana mejor, porque al menos eso espero.

En cuanto a ciencia histórica, que es en lo que se centra el libro con el que abro este texto, ésta si que está en peligro de extinción, si se me permie la expresión. La ciencia histórica, como ciencia social perteneciente al campo de las Humanidades se deteriora por momentos al igual que otras ciencias de su campo. J. Derrida en su libro Universidad sin condición, menciona la decadencia de las Humanidades debido a la falta de utilidad que le dan en favor de las llamadas ciencias duras y de cómo poco a poco se aprecia cierta tendencia a ir reduciéndolas, como en Estados Unidos donde una misma carrera universitaria agrupa a varias disciplinas como Historia, Geografía, Literatura, Filosofía, etc. O incluso en algunas universidades españolas ahora con Grado de Humanidades o Grado conjunto de Geografía e Historia.

Además de este desprestigio que por desgracia están obteniendo, Josep Fontana habla de problemas internos como la tendencia al cientificismo y falta de globalidad. La falta de globalidad se debe a la historiografía, a la epistemología, a la multitud de tendencias con métodos y técnicas propios, así como diversas teorías cuyos defensores en ocasiones mantienen una lucha encarnizada entre ellos. Falta globalidad porque falta conjunción, falta una idea común sobre algo que es común, es decir, un hecho pasado que es evidente, que ha sucedido, llega a interpretarse de una perspectiva u otra llegando a veces a tergiversarse demasiado. Además está la tendencia a la fragmentación y a la especifidad, pues la compartimentación hace que haya menos visión de conjunto, menos visión global, algo contrario a la idea de Historia pues como se dijo, los hechos pasados nos determinan: somos lo que somos gracias a lo que hemos sido.

Es una lástima ver tal deterioro de una ciencia tan hermosa y tan precisa y más cuando se ríen por llamarla ciencia. Lo que falta es el esfuerzo conjunto de todos los apasionados por ella, seguir escribiendo la Historia y restaurar su valor. La cuestión es hacer que la gente mire al pasado y se sienta orgullosa de todos los que han luchado, de todos los que a base de sangre, sudor y lágrimas han conseguido que hoy vivamos en una sociedad más justa y libre, falta de ajustes y renovaciones pero mirando hacia un futuro mejor teniendo en cuenta simpre los hechos pasados para no cometer los mismos errores.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

117 HORAS EN LA VILLA DEL CASALE


Ahora en casa miro a un pasado inmediato recordando con añoranza aquellos buenos y malos momentos vividos en los entornos de esta villa tardorromana que pervivió materialmente hasta época medieval, si al caso hasta el siglo XIII d.C., y que permanecerá en mi recuerdo para siempre. Ha sido un largo tiempo vivido allí, trabajando en sus entrañas desenterrando los restos que la cubrían y que a la vez nos permitían trazar las líneas de su recorrido histórico. 117 horas dan para elaborar en la memoria una gran caja que guarde en su interior con aroma a polvo y sudor las imágenes, las palabras y aquellas experiencias que han aportado su granito de arena en mis conocimientos y en el camino de la vida que recorro, cada vez más acompañado, cada vez más fortalecido, cada vez más sabio para saber elegir por dónde tirar.
No es cursi el recuerdo sino poético, cargado de emoción y sentimientos dado que es mucho lo que ha aportado tanto en conocimientos como en amistades, en divertirse con moderación y en trabajar con responsabilidad, en observar aprendiendo y encontrar observando. No estuve directamente trabajando dentro de lo que es el edificio principal, objeto de admiración, conocimiento y belleza, sino en su entorno, en construcciones anexas al complejo y a día de hoy repletas de interrogantes y suposiciones hasta hallar más evidencias de lo que fueron desde época medieval hasta época tardorromana.
Un paseo por la edificación central nos hace ver su riqueza y maestría, su belleza y el lujo con el que fue erigida para dar cobijo a una persona de tan alto rango como fue posiblemente un senador e incluso las alusiones a Maximiano Hercúleo. La verdad con respecto al propietario es que esta villa es grande, pero no está a la altura de un emperador. Si fue con mucha probabilidad de un senador porque descartando las posibilidades es más seguro tanto por el lujo, los materiales, las dimensiones, los detalles, etc. Algo que definitivamente nos hace deducir su pertenencia a un miembro de rango senatorial es un mosaico, en proceso de restauración, emplazado a la entrada de las termas donde aparece una serie de alegorías sobre lugares e instituciones importantes de la Roma tardoantigua, siendo lo que veía el propietario desde su casa en dicha ciudad. Debido a tal posición nos lleva a concluir que fue un senador ya que veía el Circo Máximo desde atrás. Otros mosaicos con motivos orientales pueden mostrar las posesiones de este personaje en Oriente, así como su participación en comercio o acciones bélicas. Finalmente, con respecto al propietario, concluimos que no se trata de Maximiano tal y como se dijo en un primer momento, sino de un personaje de alto rango senatorial con muchas posesiones y actividades tanto en Occidente como en Oriente.
El acceso a la villa se realiza mediante un arco triunfal a tres formas, con tres arcos y cuatro pilones con columnas coronadas posiblemente con cabezas de emperadores. El resto del conjunto lo compone una basílica siendo el elemento principal y organizador del eje axial, luego vendría un patio peristilo a modo de jardín interno alrededor del cual se distribuyen las distintas estancias de la casa; a lo que vendría luego una pequeña estancia de entrada y el patio porticado cuyo inicio arranca en el susodicho arco triunfal a tres formas. Situándonos desde la basílica, a la derecha del eje axial se sitúa un acueducto que nos lleva hacia las termas en cuya entrada aparece el mosaico nombrado anteriormente sobre el poseedor de la villa. A la izquierda del eje un gran triclinio con pórtico ovoidal con pasillo rodeado de mosaicos y con conjuntos de tres habitaciones a derecha e izquierda, siendo las mejor conservadas las de la derecha con mosaicos en alusión a Dionisos y la vendimia, al amor y motivos florales y geométricos, respectivamente para cada habitación. Fuera de todo el conjunto se sitúan las letrinas, colectivas y con planta circular.
En este punto cabe destacar varios aspectos relacionados con lo descrito. En primer lugar aclarar que debido a las presentes obras de restauración, mantenimiento e incluso reconstrucción no he podido sacar imágenes completas de la mayoría de lo descrito debido a estar rodeado de andamios, plásticos, coberteras o incluso con acceso cerrado. Esto también me ha impedido conocer algunos detalles más que poder describir. En segundo lugar, todo lo que se ha descrito corresponde a una visita guiada en italiano, por lo que aparecen solo aspectos generales y descripción personal de todo lo visto. La imagen actual es de un “monumento” en pleno proceso de restauración, sólo está abierta al público la zona del triclinio y la parte arabo-normanda más oriental del complejo. Además, el curso de corrientes de agua subterráneas ha hecho que muchas zonas caigan o que los suelos adquieran ese característico ondulamiento.
En cuanto al estilo y los materiales cabe destacar la abundancia de todos estos ya que solo he podido observar suelo que no está decorado con mosaicos en zonas de las piscinas y baños de las termas donde había mármol o si había mosaicos han desaparecido y en la basílica, donde prácticamente todo el suelo es de mármol de muchas variedades. El estilo de decoración es típico romano con simbiosis del mundo etrusco y griego en cuanto a la combinación de techo adintelado con cúpulas así como formas redondeadas y rectas en paredes y capiteles en su mayoría compuestos.
La basílica es el punto de referencia para mostrar el norte en todo el complejo, más que todo como referencia en la excavación. Actualmente es el emplazamiento cuya reforma y reconstrucción es más destacada por su gran altura. El interior se decora con suelos de mármol y paredes con murales, pintura al fresco. Lo que verdaderamente llama la atención es el ábside del fondo, construido posteriormente y con un conjunto de refuerzos con contrafuertes muy bien conseguido. La altura en la que se ha fijado su reconstrucción se basa en suposiciones y cálculos a través de comparaciones con otras edificaciones similares, el grosor de los muros, tamaño y posición de los contrafuertes, altura del ábside, etc.
Toda el área de habitaciones que rodea al patio peristilo se halla decorada con mosaicos en perfecto estado de conservación. Alrededor de dicho patio, cuatro largos pasillos con imágenes de animales y vegetación oriental a ambos lados y escenas alegóricas arriba y abajo. Separando la basílica del peristilo, un largo pasillo con ábsides en sus laterales muestra todo un conjunto de imágenes referentes a motivos alegóricos de cada región de oriente como batallas, caza, comercio, transporte, etc. A la izquierda del patio, en una de las habitaciones se localiza el característico mosaico de las mujeres en bikini realizando distintas acciones, es además bastante llamativo como en una esquina se aprecia que bajo el suelo donde se emplazó este mosaico hay otro con motivos florales y geométricos.
Con respecto a escenas eróticas y pornográficas, abundantes por cierto, aparecen dispersas por diferentes lugares como en las termas, en una cercana sala con ábside a la izquierda de la basílica. Casualmente la mayoría están cerrados al turista actualmente por diversos motivos como la restauración y mantenimiento. Algo a destacar es además alusiones comparativas de la villa como de un burdel y es que hay además un mosaico en la puerta de salida de uno de los pasillos que rodean al peristilo en alegoría a los espermatozoides.
El triclinio, por suerte abierto actualmente a las visitas, destaca por los grandes mosaicos que cubren su suelo, con representaciones del mito de Ligurgo a la izquierda, Gigantomaquia arriba y Hércules en contexto dionisíaco a la derecha.
A modo de crítica constructiva, me atreveré a mencionar la problemática que puede suponer lo cobertera de metacrilato usada para proteger los mosaicos de las inclemencias del tiempo. En un principio resulta bastante útil, pero pueden provocar efecto invernadero. Fuera del espacio cubierto se ven bastante bien porque además de reconstruir el techo protegen como se ha dicho, pero dentro el calor es sofocante y en invierno si hay humedad esta se concentra. Para cuestiones de mantenimiento futuro no son muy ortodoxas, por eso el techo de las termas y de la basílica se construye en madera y con capas de aislante térmico y pluvial.
La zona donde se está llevando a cabo la excavación se sitúa en el sector suroriental de la villa, más debajo de una zona preparada para el visitante correspondiente a la ocupación árabe y luego normanda. Posiblemente ambas zonas se conecten, pero es algo que se podrá averiguar más adelante. Hasta ahora, el transcurso de las excavaciones y de lo hallado nos sitúa en el horizonte medieval de ocupación musulmana más inmediata y en estratos inferiores ya nos encontramos con el horizonte tardorromano correspondiente con la villa. En conjunto, hay una diversidad de estratos diferentes y de diversidad de restos cerámicos. Todo lo que se puede hablar hasta el momento son suposiciones y conjeturas, hecho del que me voy a privar al menos hasta que mi experiencia y mejores conocimientos al respecto me dejen dar el paso sin miedo y con buenos argumentos.

Fdo: José Manuel Durán Moreno,
editor del blog y estudiante de Historia.

viernes, 13 de agosto de 2010

LA VILLA DEL CASALE EN EL CONTEXTO DE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA III

SOBRE LA VIDA EN LA ANTIGÜEDAD TARDÍA
Si el modus vivendi de una sociedad y de una cultura cambia en apenas un siglo como hemos podido observar si miramos hacia atrás desde nuestra fecha actual, no es de extrañar la transformación que ocurrió a lo largo del período del que hemos hablado otras veces referido a la antigüedad tardía. Además hay que tener en cuenta que debemos partir libres de prejuicios y de anacronismos, catalogando con un concepto u otro realidades que del modo en el que las conocemos ahora en este tiempo eran impensables.

La sociedad pagana
El primer cambio apreciable es la transformación que llevó a cabo una sociedad regida por un pluralismo religioso hacia el Cristianismo, el cambio del hombre cívico al buen cristiano. Gran parte de estos cambios se debe al factor religioso, a la expansión y oficialidad del Cristianismo ya que poco a poco fue implantando un sistema de valores, creencias y situación frente al prójimo bastante diferente de como era antes.
Para no hablar de clase social tan pronto, diremos que hay rangos económicos y sociopolíticos diferentes, pues en este sentido existe una acusada estratificación. Por ello hay que nombrar en primer lugar a una minoría poblacional de “bien nacidos” que como su apelativo indica adquieren la caracterización y su estatus desde el nacimiento. Se trata de una élite social a menudo cerrada, poseedora de tierras y otras fuentes de riquezas del comercio, pero lo que de verdad les da ese factor distintivo es nacer en el seno de una familia de origen diríamos en cierto modo aristocrático. Reciben además una educación elitista con un control de la conducta y de la formación moral.
Entre ellos eran pares, eran iguales. Sin embargo había mucha distancia social pues eran una minoría comparada con una gran masa poblacional más bien humilde. De la heterogeneidad se pueden sacar más distinciones, pero es preciso que retengamos esta diferenciación principal entre personas cuyo estatus lo llevan en la sangre y personas que deben sudar para ganarse algo de reputación, por lo menos salir adelante.

La llegada del Cristianismo
Desde su nacimiento, poco a poco esta nueva religión fue haciéndose espacio en las creencias de la sociedad. El contexto en el que nació y creció le fue muy hostil, muchos perecieron pasando a ser mártires y otros fueron perseguidos y obligados a esconderse. Se derramó mucha sangre porque uno de los problemas con los que se encontró al principio fue el choque de creencias, modos de ver la vida y de actuar basándose en el amor al prójimo, en la solidaridad.
En el arte paleocristiano, totalmente austero sin embargo, podemos observar en la poca iconografía la imagen del buen pastor como guía de un grupo religioso que busca el camino hacia Dios, o la paloma, las guirnaldas, las espigas, etc. símbolos que pasarán a ser iconografía oficial más tarde junto con la imagen de la teothocos, los tres reyes oferentes o la imagen del cosmócrator. Todo ello construido en una simbiosis fruto del paso de un tipo de vida a otro guiado por la fe.
Mientras tanto la Iglesia como institución crecía de forma paralela, tomando a la basílica romana como el lugar donde se lleva a cabo el juicio de Dios y se acogen a los neófitos. Poco a poco va conformándose una institución que ha llegado hasta nuestros días prácticamente con la misma estructura y yo me atrevería a decir que con muchos altibajos por muchas de las actividades y hechos controversistas a lo largo de su historia y que hoy son objeto de crítica. Por lo tanto tenemos un nuevo espacio público (limitado a los bautizados en su fe), una nueva forma de ver el y entender la vida y una nueva forma de poder pues acumulaba riquezas a un ritmo trepidante y muchos obispos incluso se hacían con el control de ciudades partiendo desde su labor como protectores y guías espirituales.
Otro movimiento que se extendió, paralelo a éste, fue el monacato. Fue un fenómeno surgido en Oriente de la ascesis, de la retirada y evasión de lo material para entregarse a lo espiritual. De los lugares apartados se pasó a las ciudades, siendo los primeros monasterios las residencias de personas bien nacidas convertidas al cristianismo, como Agustín de Hipona. Con el tiempo la estructura de los monasterios evolucionará arquitectónicamente y el surgimiento de órdenes religiosas mendicantes configurará una serie de normas y doctrinas caracterizadas por un hábito o vestimenta concreta.
Como resumen, lo que debemos tomar es que hubo una transformación debida a la llegada del Cristianismo. Son muchos los que dicen que éste fue decisivo en la crisis, fue un factor más, pero lo que hizo fue cambiar el modus vivendi y la concepción del mundo y de la vida de una forma radical en el sentido de la rapidez con la que se produjeron los cambios.

Fuente:
BROWN, P. La Antigüedad Tardía. Barcelona: Ariès, 1993, vol 1 (pags 229-303)